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Saint Ignatius of Antioch, Bishop and Martyr

San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir

“Ahora comienzo a ser discípulo... Que vengan sobre mí el fuego y la cruz, los rebaños de bestias, los huesos rotos, el desmembramiento..., con tal de que alcance a Jesucristo”. ~ San Ignacio de Antioquía


San Ignacio de Antioquía nació en Siria, Ignacio Teóforo, alrededor del año 50. Fue uno de los Padres de la Iglesia, a quien celebramos hoy, 17 de octubre. Mártir, Obispo y Apóstol. Fue discípulo del apóstol Juan y del apóstol Pedro, consagrado al servicio de la Iglesia como Obispo hacia el año 69.

Su celo por el Señor fue incomparable, y sufrió toda su vida a causa de ello, hasta el punto de morir. Dirigió a la Iglesia de Antioquía a través de muchas persecuciones por parte de reyes decididos a exterminar a los cristianos. San Ignacio nunca retrocedió y, con sacrificio pacífico, protegió a los cristianos con su admirable liderazgo y fe en Dios.


Para Ignacio, utilizamos el término "católica" para definir a la Iglesia. Ignacio hizo contribuciones esenciales a la construcción de la Iglesia que tenemos ahora. Participó en la transición de la religión cristiana desde sus orígenes judíos al mundo grecorromano.


Fue un gran defensor de la estructura jerárquica de la Iglesia con énfasis en la autoridad episcopal. También insistió en la humanidad de Cristo.


Su contribución más significativa a los cristianos, además de su valiente testimonio de fe y amor inquebrantable por Cristo en el martirio, fueron siete cartas o epístolas que escribió en su viaje a Roma después de ser arrestado para ser asesinado por el emperador romano Trajano en el año 107.

San Ignacio era un teólogo. Estas cartas instan a los cristianos de Asia Menor, incluidos los cristianos de Éfeso, Magnesia, Tralles, Roma, Filadelfia, Esmirna y a su amigo Policarpo. Los animó a permanecer fieles a Dios y a obedecer a sus obispos. Les advierte contra las doctrinas heréticas, proporcionándoles las verdades objetivas de la fe cristiana.
El obispo de Antioquía estaba dispuesto a unirse a Cristo en su pasión. Él creía que así es como uno se une a él. Su humilde carisma fue eminente en sus escritos,


"Prefiero la muerte en Cristo Jesús al poder sobre los confines más lejanos de la tierra. El que murió en lugar de nosotros es el único objeto de mi búsqueda. El que resucitó por nosotros es mi único deseo". ~ Carta a los romanos


Este sentimiento no está lejos de lo que deberían creer los discípulos de San Juan. En el Evangelio de Juan 15:13, dice: "Nadie tiene mayor amor que este: dar la vida por los amigos".


De hecho, el amor de San Ignacio por el Señor y su deseo de vida eterna fueron puestos a prueba. Su pasión fue tan real como morir por Cristo devorado por los leones en el año 117.

Oración a San Ignacio de Antioquía:
San Ignacio, Apóstol y Mártir,
Ruega al Señor, Dios nuestro, por nuestras almas. Que deseemos vivir nuestras vidas por el bien del Reino.
Que luchemos celosamente por la verdad como lo hicieron los primeros cristianos. Gracias por tu ejemplo de discipulado.
En el nombre de Jesús, Amén 🙏

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