Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia

Santa Teresa de Jesús fue una monja carmelita y mística española nacida en 1515. La historia de su vida es inspiradora y identificable. Ella no era la típica santa que tenía el llamado a ser religiosa desde una edad temprana. Su coraje, inteligencia, determinación y encuentros místicos con el Señor la convirtieron en la primera mujer Doctora de la Iglesia y en una santa encantadora.

Al crecer, ella era una adolescente normal; su atención se centraba en los chicos, la ropa, el coqueteo y la rebelión. Cuando tenía 14 años, su madre falleció, dejando solos a su hermano y a su padre. Desanimado por su comportamiento rebelde, su padre la envió al convento carmelita en el año 1535. Santa Teresa tuvo un comienzo difícil como religiosa. Tuvo que enseñar oración mental por dinero para ayudar a la comunidad; mantuvo relaciones que la ataban de nuevo al mundo. Sólo después de 18 años de su nueva vida como carmelita, entregó su vida a Jesús y no hubo vuelta atrás.

Conversión y Reforma de la Orden

Un día, mientras miraba un crucifijo, quedó intensamente conmovida por el sufrimiento de Cristo en la cruz. Ella reconoció su falta de gratitud hacia Sus heridas y cómo Él murió por sus pecados. Entre lágrimas suplicó al Señor que fortaleciera su deseo de pertenecerle y resolvió no moverse de allí hasta que Dios concediera su oración.

El Señor la inspiró a reformar la orden carmelita para vivir una vida contemplativa radical. Durante los siglos XIV y XV, esta forma de vida se había relajado. Después de toda la oposición, el Vaticano aprobó la reforma y ella comenzó a fundar conventos por toda España.

A medida que ella cambió su corazón, también lo hizo su entorno, incluso su orden.

"La vida espiritual es una actitud de amor, no una regla." Creía en la obediencia a Dios más que en la penitencia. "Si haces algo mal, no te castigues: cambia".

Oración

Ella creía que la oración más poderosa y aceptable era la que conduce a la acción. Los buenos efectos eran mejores que las sensaciones piadosas que sólo hacen sentir bien al orante.

Cuando enfermó de malaria, que la dejó paralizada durante tres años, en lugar de que su enfermedad la acercara más a Dios, se convirtió en la excusa para no orar. Un sacerdote finalmente le dijo que necesitaba volver a su vida de oración. Luchó con la oración y con la distracción. Ella siempre se quejaba de que no lo disfrutaba.

A pesar de todas sus luchas, Dios le concedió encuentros a través de la oración que la dejó sin aliento y casi levitando. Tuvo que ser analizada por un sacerdote para validar sus encuentros porque pensaban que estaba loca.

La iglesia le ordenó a Teresa que documentara su vida mística que luego se convirtieron en libros significativos, El camino de la perfección, El castillo interior y Los cimientos.

Podemos decir que Santa Teresa de Ávila fue atacada por el mundo y resistió a la santidad durante toda su vida. Su perseverancia en la oración y su confianza en Dios le dieron la confianza para cambiar su orden y la Iglesia Católica para siempre.

Teresa murió en 1582 a la edad de 67 años. El 15 de octubre de 1622 fue canonizada y en 1970 el Papa Pablo VI la declaró Doctora de la Iglesia.

Su famosa oración mental ayuda a calmar los nervios y a la tranquilidad.

Que nada te turbe,

Que nada te asuste,

Todas las cosas van pasando:

Dios nunca cambia.

La paciencia lo consigue todo.

Quien tiene a Dios nada le falta;

Sólo Dios basta.

Si tienes dificultades con la oración, pide a Santa Teresa su intercesión.