Evangelio Lectio Divina para el decimonoveno domingo del tiempo ordinario - 7 de agosto de 2022
Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor encuentra vigilantes a su llegada.
Para mantener la fe hay que esperar mucho. Realizamos vigilias para demostrar nuestra fidelidad mientras esperamos que el Señor actúe, que el Señor regrese. Lo siento, pero no puedo evitar reflexionar, ¿y si nos equivocamos? ¿Qué pasa si Jesús no regresa y si una vida de fe termina siendo en vano? Blaise Pascal, filósofo y matemático de la Ilustración, y cristiano, hizo la misma pregunta. Su conclusión se conoce como la apuesta de Pascal, que establece:
“ Sopesemos la ganancia y la pérdida al apostar que Dios existe. Estimemos estas dos posibilidades. Si ganas, lo ganas todo; si pierdes, no pierdes nada. Apuesta, entonces, sin dudar, a que Él lo es”.
Los fanáticos de los equipos deportivos podrían esperar toda una vida para que su equipo gane un campeonato y nunca verlo suceder. ¿Fue toda su esperanza en vano? Yo diría que no, por supuesto que no. Mientras esperamos, aprendemos lo que significa ser fiel, esperanzado y paciente. Aprendemos a vivir con integridad. Al final de nuestra vida, estar alerta esperando al Señor nos convertirá en personas virtuosas debido a la naturaleza misma de la vigilancia. Dios está atento esperando que nos volvamos a él. Al estar atentos mientras lo esperamos, mientras esperamos algo bueno, exhibimos una de sus cualidades.
ORAR
Caballero,
Gracias por la esperanza que das. Ayúdame a estar alerta mientras espero tu regreso. Tener fe no es fácil. A veces me pregunto por qué lo pones tan difícil. Pero es mi propia terquedad lo que lo hace tan difícil. Enséñame a ser humilde y a ver la verdad a mi alrededor, tu verdad. Deja que esa verdad me lleve a la esperanza de tu regreso, para que pueda vivir una vida de virtud y vigilancia. En el nombre de Jesús, oro. Amén.