El Primer Belén, inspirado en San Francisco de Asís
La historia del primer pesebre nos recuerda que debemos seguir los impulsos del Espíritu Santo. Este profundo amor y devoción por el nacimiento más memorable de la historia llevó a este santo a crear una tradición compartida por muchas denominaciones cristianas en la actualidad. Al apreciar su belleza, recordamos que el Mesías prometido y Rey del mundo nació en un humilde pesebre en Belén. No quiso jactarse de su poder, sino que trató de hacer saber que era el servidor de todos. Nos regocijamos por el nacimiento de Jesucristo, nuestro Redentor. ¡Él es la alegría del mundo!